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Estimados lectores...


Debido la pandemia que nos está acorralando en nuestros hogares, para diesmar su efecto, hemos decidido poner uno o dos posteos diarios, aunque más no sea, para tratar de hacer pasar un buen rato, en medio del factible aburrimiento de estar en casa las 24 horas.
La idea es que el hecho de bajar y ponerse a escuchar el disco, nos de la posibilidad de pasarla lo mejor posible.
Solo pido un favor, sea del país que sea el lector que llegue: "No salga, cumpla con el pedido de cada gobierno y respete las reglas para salir de ésta pandemia"
Gracias y disfruten de nuestro Tango.
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Tango - O. Larroca - D. Federico - Arreglado

29 de enero de 2010

















Aunque por allí anda un Compacto con los tangos de Federico – Larroca, me atreví a organizar con retazos de discos, un trabajo que puede ayudar a que algunos vuelvan a escuchar la magnifica voz de Oscar, y por qué no, volver a revivir una época maravillosa de la orquesta de Federico.
Seguramente nos quedamos cortos con la elección, pero es una manera de hacer saber que uno no se olvida de ciertas cosas, momentos, voces y orquestas. No me encerré en determinados temas, si no, que apunté a los que mejores estaban para publicar, ya que son sacados de discos, y aunque sew lograron buenos sonidos, no todos gozan de la misma fidelidad.

Aleman56


Oscar Larroca

Desde pequeño la guitarra fue su compañera, sus padres lo inscriben en el Conservatorio Nacional de Música, egresando con el título de profesor de guitarra, ya adolescente también comienza el estudio de canto.
Sus primeras actuaciones como cantor las realiza acompañándose con su guitarra. Su buena voz y el gusto de cantar obligaban su participación en las fiestas de fin de curso escolares.
A principios del 40 es presentado en la importante audición diaria de Radio Mitre "La famosa matinée de Juan Manuel", en la que participaban quienes se querían iniciar en la música popular. Muchas figuras importantes desfilaron por ese programa. Larroca actuó allí durante tres años acompañado por las guitarras de Pascual Avena, Enrique Maciel
(hijo) y Demasi, lo que le permitió lograr perfeccionamiento técnico y experiencia artística.
A principios de 1945 el periodista y productor Carmelo Santiago lo oyó cantar y resultó impactado. Por eso, al enterarse que Domingo Federico buscaba una voz para acompañar al ya consagrado Carlos Vidal en su agrupación, invita al maestro a escucharlo. Se produce inmediatamente su debut en Radio Splendid, y el 19 de junio de ese año, graba a dúo con Vidal el tango "Pasaje de mi vida", luego siempre a dúo, la milonga "Zapatos" y "Tango del querer". El 22 de octubre registra solo, el tango "Voz de barrio".
Su actuación con Federico se extiende hasta septiembre de 1948, dejando impreso en el disco obras inolvidables como el tango de Garza y Bahr "Un tal Medina", y de Carlos Waiss, "Te espero en Rodríguez Peña", siendo su ultima grabación e
l tango de Francisco y Domingo Federico "Para usted amigo", el 30 de septiembre de 1948. Con esta orquesta hizo muchas presentaciones en diferentes clubes, teatros y también en el cine, en la película "Otra cosa es con guitarras" junto a Carlos Vidal.
Luego se iría con Osvaldo Manzi, pero eso es arena de otra playa.
Ahora, hablemos de:




Domingo Federico

Bandoneonísta, director, compositor y docente, nació el 4 de junio de 1916 en el barrio de Palermo y muere el 6 de abril de 2000, en la ciudad que lo acunó por años: Rosario.
Este inolvidable
músico y genial melodista radicado desde hace muchos años en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, era en realidad un porteño nacido en el barrio de Palermo Viejo. Aprendió violín de su padre, luego el piano y el solfeo.
La familia después se radica en Carmen de Patagones, la ciudad más austral de la provincia de Buenos Aires, y el papá don Francisco compra un bandoneón y comienza a estudiar el instrumento ante la mirada atenta de su hijo Domingo. Se repite la historia del violín.
El bandoneón lo atrapa definitivamente y además de las clases que recibía de su papá, adquiere libros de método para su aprendizaje.
Nuevamente en Buenos Aires, comienza la secundaria y continúa estudiando el ba
ndoneón por su cuenta con gran perseverancia.
Ya en la facultad de medicina, decide perfeccionarse en el conservatorio de Pedro Maffia y Sebastián Piana.
A los dieciséis años, junto con su hermana Nélida, a quien Domingo la había iniciado musicalmente, formó el dúo Federico para tocar en escenarios céntricos, en diferentes radios de Buenos Aires y en alguna que otra gira por el interior del país.
El entusiasmo por el tango y la buena aceptación del público, hicieron que abandonara sus estudios universitarios para dedicarse de lleno a la música. Empieza a componer y escribir sus propios temas, se convierte en un buen arreglador y arma una orquesta de señoritas, donde su hermana tenía el papel más destacado.
Después de un tiempo, pasa a integrar la formación de Scarpino, luego la orquesta de Juan Canaro para finalmente recalar en el año 1941, en la de Miguel Caló.
De esta etapa nos cuenta Sara Ribot (revista "Tango y Lunfardo" Nº 55, Chivilcoy, 23 de mayo de 1990): «Un dato curioso se dio con el estreno de su tango "Al compás del corazón". Recién ingresado Federico al conjunto de Miguel Caló le mostró su tango a sus compañeros y fue muy aceptado. Los integrantes de la orquesta querían tocarlo, pero los cantores Raúl Berón y Alberto Podestá dudaban, porque no conocían bien la letra aún. Un buen día, decidieron estrenarlo sin consentimiento de Caló, a manera de travesura. El director no solía ir por la tarde a la confitería donde actuaban. Como los cantores no querían interpretarlo, uno de los más entusiastas con el tango, Enrique Mario Francini, decidió hacerlo. Así fue el improvisado debut de este tango, con gran aceptación del público, que pedía volver a oír la pieza. Cuando llegó Caló y el público le pedía el tema, este no sabía de que se trataba, pidió escucharlo e inmediatamente lo incorporó al repertorio».
«De 1941, es también "Yo soy el tango", con letra de Homero Expósito. Fue la primera grabación de Troilo con el cantor Francisco Fiorentino».
En 1943 se separa del Caló para formar su propia orquesta, con la que debuta con mucho éxito en el café Select Buen Orden, junto con sus cantores Alberto Tagle y Alfredo Castel. Como dato curioso podemos señalar que el contrabajo estaba a cargo de su padre, quien insaciable en su búsqueda, también había aprendido a dominar este instrumento.

Orquesta de Domingo Federico

La orquesta estaba integrada por Domingo Federico, como primer bandoneón y director; los bandoneones de Eduardo Corti, Priori y Thompson; Enrique Cantore, Pando, Tallaferro y Ternaski en violines; Mario Garcés co
mo pianista y en el contrabajo Francisco Federico.
Además de Alberto Tagle y Alfredo Castel, tuvo como vocalistas a Ignacio Díaz, Carlos Vidal, Oscar Larroca, Mario Bustos, Hugo Roca, Enzo Valentino, Dante Rossi, Carlos Valdés, Armando Moreno, Rubén Sánchez y Rubén Maciel.
De todos ellos, Carlos Vidal fue sin duda el más representativo. El que impuso toda su personalidad, en versiones que quedarán imborrables en el recuerdo, tal el caso de los tangos "Yuyo verde" y "Yo".
Es contratado por Radio Splendid y toca en los más importantes escenarios porteños y bailes.
Con respecto a los bailes y las costumbres del 40, el propio Federico nos relata: «en esos años había tres tipos de público. Un sector que venía a escuchar y otro sector de bailarines, en proporciones que variaban de acuerdo con las características de la orquesta, en nuestro caso la cosa era repartida. Y un sector universal: las madres. Las madres eran un cordón que rodeaba el baile, más visible en los clubes de barrio y más diluido en los grandes salones, pero siempre presente. Estaban de custodia. Qué cómico: si a la salida del baile, uno le rozaba un pelo a una chica, te mataban; y resulta que, bailando, te la podías llevar hasta la casa».
Su obra de eximio compositor no se detiene. Así van surgiendo de su notable inspiración verdaderas joyas del género: "Yuyo verde", "A bailar", "Tristezas de la calle Corrientes", "Percal", entre otros bellísimos tangos.
En 1944 hace su primer disco que tenía de un lado su tango instrumental "Saludos" y en el acople, "La culpa la tuve yo", con la voz de Ignacio Díaz, siendo ésta la única grabación del cantor con la orquesta.
Como ya dijimos, Federico fue un melodista excepcional, un gran compositor. De su obra se destacan, además de los tangos ya mencionados: "Con el mayor gusto", "Déjame volver para mi pueblo", "Futuro", "La noche y marfil", "Tropical", "Cosas del amor", "Para usted, amigo" y en su última etapa: "Fueye azul", "Tango íntimo", "En la calle", "Dibujos", "A María Rosa", "Muy suave", "Pachito", "Un cigarrillo muerto", "Memorias", entre otros.
Relata Ricardo Barbieri (revista "Tango y Lunfardo" Nº 55): «después de una brillante trayectoria, en el año 1963, Domingo Federico fue requerido nuevamente por Miguel Caló, y junto a Armando Pontier, Enrique Francini, Raúl Berón y Alberto Podestá -entre otros-, reflotan nuevamente "La orquesta de las estrellas", conjunto que debutó en Radio El Mundo, animando las audiciones de los lunes y los jueves a las 21, en un ciclo que habría de durar tres meses, temporada en la que se estrena un nuevo tango de Federico y R. Koy, titulado "En la calle", con la voz de Raúl Berón, obra que más tarde, junto a once composiciones más, conformaría el único LP que esta orquesta grabara en el sello Odeon. Además el conjunto actuó en canal 9 y amenizaron distintos shows.»
Luego vendría su definitiva radicación en la ciudad de Rosario, donde se casa y forma una nueva orquesta con destacados músicos rosarinos y las voces de Rubén Sánchez y Rubén Maciel. También actúa, en radio, en televisión, hace grabaciones para los sellos Victor, Embassy y Rosafon, y ameniza bailes, muchas veces con una formación más pequeña, un trío denominado "Saludos".
Antes de su última experiencia orquestal había realizado 45 giras por la Argentina y países latinoamericanos y 120 recitales en el Japón, primero como bandoneonista de la orquesta de Francisco Canaro en 1961 y luego al frente del quinteto "A lo Pirincho". En Rosario se entrega a su vocación de docente en la Universidad y dirige una orquesta conformada por sus alumnos.
«Yo quería formar una orquesta de jóvenes, y acá está: Orquesta Juvenil de Tango de la Universidad Nacional de Rosario. Si algún pequeño mérito me cabe, es el de haber hecho a esta gente al tango. Ellos tienen una formación musical académica muy sólida, te leen la Biblia. Pero era necesario llevarlos a entender aspectos del lenguaje del tango, los valores y los fraseos que tenemos. Y respondieron muy bien».
Domingo Federico fue un grande entre creadores del tango y su obra es de tal calidad que, muchos de sus temas se convirtieron en genuinos clásicos del género.

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Tango - Maure con Fueye y guitarras

Luis Mariani -amigo y productor de varios de los espectáculos de Mauré- y a quien presentamos en el anterior homenaje, me contó alguna vez, que el gran cantor tenía como casi una manía, el controlar su vestimenta y su peinado, antes de salir a escena.
“Increíble, estaban anunciándolo y el jorobando con la corbata, peinándose y abotonándose el saco. Mi corazón latía como si fuera a explotar, y él, no se le movía un pelo.
Eso por un lado, y por el otro, vaya como recuerdo y anécdota una de las tantas que pasamos y nos costara unos mangos.
Un día, en medio de una pelea co
n otro productor (en realidad vendedor de artistas), se ve que me citó como un modelo en responsabilidad y cuidado del artista. Se ve que el tipo, no pudo olvidarse de aquel altercado con Héctor y le quedó la sangre en el ojo.
Al poco tiempo, se me ocurre organizar en la zona de Tandil, Olavarría, Azul, Bolívar y Junín, una gira con Muaré, Lesica y Rufino. Los tres acompañados por un bandoneón y tres guitarras que me aseguré, incluso antes de plantear la gira a los cantores, aunque Rufino se bajó, porque tenía contrato con la TV y no lo autorizaron.
Les pasé las partituras, los hice ensayar en la casa de mi hermano en Berisso y cuando todo estuvo listo, alquilamos un colectivo y salimos.
La cosa estaba para juntarla con la pala, e incluso, para volver a los mismos lugares, si la cosa se daba como lo había planeado.
Pero cometí una torpeza:
Le di manija a la gira en Radio el Mundo y en Rivadavia.
El tipo que había discutido con Muaré y para perjudicarnos a todos, armó la misma gira con artistas del programa Grandes Valores del Tango –en ese tiempo muy fuerte en el gusto del público- en los mismos lugares y mismas fechas.
Ni hablar lo que pasó!
Nos fue mal a los dos, los artistas se llevaron algo de dinero, pero nosotros –los productores- quedamos enterrados hasta los ojos.
Al mes, me voy a Capital, para armar otra gira con Mauré, pero apuntando a la Patagonia, allí tenía contactos y cuando lo propuse todos se pusieron a disposició
n del armado y publicidad.
Comento la idea a Mauré y éste se me queda mirando…
-Decime Gringo…¿Cómo te fue con la gira anterior, pero la verdad eh?
-Para el carajo, en realidad, a los dos nos fue para el carajo.
-Cómo a los dos?
-Si al otro también. El que llevó a los de Grandes Valores…
-Y quién armaba eso?
-Fulano de tal…
-No me cargues..
-Si, fue él.
-Lo voy a matar, te lo juro que lo voy a matar!!!
Yo quedé frío, nunca l
o había visto con semejante locura. Golpeaba la mesa del bar y se había transformado. Quería agarrar un taxi e ir a buscarlo.
Con paciencia y palabras gratas, bajé un poco su locura y me salvó la llegada de un señor, que pidió permiso para saludarlo.
Pasado el momento y ya en su casa, volví sobre el tema, y me contó lo de su bronca.
En aquella discusión que tuvieron, el tipo le había jurado que adonde fuera a cantar, él le haría
otro espectáculo para joderle la vida. Y cumplió, aunque la verdad, le costó mucha guita… y no creo que le sobrara tanto.
Lo de la Patagonia?
No se hizo por los costos, aunque al año, hicimos algo en ciudad de Neuquén, La Pampa y el sur de Buenos Aires, auspiciado por una conocida marca de cigarrillos. Un exitazo!"
















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Tango - Hugo Díaz - Tangos

Hugo Díaz nace en el mítico Santiago del Estero, acunado por el sortilegio de leyendas y salamancas, telesíadas, montes de algarrobos, salitral y una soledad inmensa. El rumor de la palabra de Ricardo Rojos, el rescoldo tibio de Manuel Gómez Carrillo y de Andrés Chazarreta, las noches calurosas en que las estrellas velan con una claridad impresionante, el sueño de casi todos con el catre en los patios, la vida rodeada de música por doquier, con abuelos quichuistas memorizando las zambas viejas, ñaupas, que con su inestimable y sutil belleza brotan de la guitarra, del bombo, del arpa y del violín, que ha recordado un viejito ciego o una viejita guardadora de vidalas, hasta que le llegan a Hugo Díaz, el niño prodigio; el ushuto, el shulko, que sabe el misterio de la música desde que nace, o antes, en el vientre de su madre. Como si fuera un destinado por Dios para este milagro de verter con fluidez el arte nativista que su heredad le comunica, aunando además talento y musicalidad.
La versatilidad de Hugo Díaz trasciende lo santiagueño, sus experiencias en Europa erudita le confieren una libertad que ya no se puede aprisionar y entonces, vuela y divaga en el espacio de una canción tradicional, o en ciertas concesiones pintorescas con que se luce en los festivales, solito con su armónica y un guitarrista, desangrando sus canciones, este inmenso músico argentino, con la gracia de un chango, con el corazón de un niño.
Este santiagueño es grande, inmenso algarrobo entre todos los músicos, a cuya sombra bienhechora crecieron muchos grandes artistas. Nació en Santiago del Estero, el 10 de Agosto de 1927, y murió en Buenos Aires en 1977, donde vivía hacía muchos años.
Este Hugo Díaz, risueño,
jovial, de cara redonda como un pan, de hermosos ojos negros, de labios gruesos, siempre mordaz, con su tonada santiagueña, hacía más ocurrente todo lo que decía, como un niño feliz de hacer divertir con sus chistes a los demás. Su ternura, su don carismático, su sentido de la amistad, fueron un distintivo en él. Podía deslumbrar con su maestría en la armónica, con su tic jazzístico. Era intuitivo y valioso, por su osadía de tocar con misma gracia, improvisando, imitando a sus amados fantasmas de la gran música. Tocaba también el violín, el piano, el contrabajo y el bajo con increíble soltura, ya que se inició como bajista en una banda de jazz, allá en Santiago, cuando andaba en los comienzos de la que sería su vida, la música.
Debutó en la radio de Santiago, en 1936. Era un niño cuando tomó parte de la primera orquesta folklórica, creada por el consejo de Educación de Santiago del Estero. Bajo la dirección del maestro Leopoldo Bonell, actuó como solista de la armó
nica. El director de orquesta Juan Carlos Barbará, lo contrata en Buenos Aires, allá por el año 1944, y debuta en la confitería Hurlingham, actuando como intérprete de música nativa.
Corre el año 1946 y Chacay Manta lo invita a formar parte del conjunto. Por ese entonces, ya había una serie de amadores fieles del folklore. Un sueño de juventud fue su primer conjunto integrado por Victoria Cura, su esposa, como cantante, Domingo Cura, su cuñado, percusionista y los guitarristas José Jerez, julio Carrizo y Nelson Murúa. Victoria era su cantante y con ella, santiagueña de voz bellísima, llegan a la gran capital.
Una mano abierta es la de Félix Pérez Cardozo (1908-1252). El honorable y bien querido músico nacido en Paraguay, que adoptara a tantos músicos paraguayos y argentinos con su famoso conjunto en el que su arpa paraguaya cobra significado nivel. Así que él, Félix Pérez Cardozo, fue el que abrió paso a Hugo Díaz, que se ganó enseguida el cariño y la admiración de todos lo
s artistas. En esa cocina hogareña, que es el compartir las noches en las peñas, es donde TK, el sello grabador, contrata a Hugo para hacer su primer disco. luego en Odeón grabaría un repertorio más completo y en RCA encabezó la lista de éxitos.
Para Hugo, el sueño del pibe se había cumplido. A su lado, una profusión de músicos de absoluta idoneidad, llegan para conformar el más importante enjambre de talentos, Alcira, esposa de Domingo Cura, es siempre la fiel comunicadora con todos ellos. Una época gloriosa es la de Kelo Palacios, Mariano Tito, Eduardo Lagos, Osvaldo Berlinger, Oscar Alem, Eduardo Ávila y Domingo Cura, una excelencia, junto a Domingo Cura en percusión.
En verdad, era un placer oír contar a Hugo cómo había tocado el cielo con las manos. En Es
tados Unidos toca junto a Lous Armstrong y Oscar Peterson; valía la pena haber vivido. A raíz de su actuación en Leverkusen (Alemania), contó con el apoyo de la Casa Hohner, fabricante de las armónicas que utilizaba, que puso a Hugo, junto a sus más grandes intérpretes, en la galería de retratos de su sede central. En Bélgica (1953), pudo conocer a los grandes de la armónica, Toots Thielemans y Larry Adler. Hugo ya tenía su lugar en el mundo. Waldo de los Ríos, una figura en España e Inglaterra y generoso anfitrión de los argentinos que iban allí, lo invita a grabar junto a él. Actúa en Oriente Medio, en Japón, en Roma, en la Scala de Milán, junto a figuras como Renata Tebaldi y Mario Del Mónaco, de renombre en el canto lírico.
Así, después de una vida agitada, vuelve al pago. Vuelve a la patria y no es fácil, una vez pasada la primera excitación de la llegada. No será lo mismo conformarse con lo cotidiano, volver a una vida rutinaria, tolerarse y tolerar la exagerada y abrupta caída desde el cielo. Hugo se ríe por fuera pero no será fácil, ya que las posibilidades se limitan en trabajo. El talent
o prueba el sabor amargo y riguroso de sentir el dolor, la parálisis, de la rutina en lugares nocturnos, hablando de lo que fue, aguantando, resistiendo. Aún habría un obra grabada, de excelentes frutos. El manantial deja brotar canciones como la que hace con Ariel Petroccelli, aquélla Zamba del ángel.
Al morir Hugo, unos días antes, Victoria llenó de lágrimas sus hermosos ojos árabes, verdes como tunal, por su adorado esposo, y lo acompañó hasta el último hálito de vida. El éxito de Mavi, hija única de ambos, no alcanzó a ser visto por su padre, pero la hija de Hugo Díaz y Victoria es digna de ese hombrón maravilloso, que cantó a su Santiago, con el sonido de la armónica, que gimió y alcanzó la exquisita vibración de lo que llamamos música.

Recopilación Hugo Marcelo Cejas en la página:
http://hugodiaz.ar
.tripod.com


Hugo Díaz – Tango
Año 1970



















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Tango - Tangos Porteños - Varios Interpretes

Amigos de Madrid, sin dar muchas explicaciones, me dejaron en el correo este CD denominado Tangos Porteños.
Es una mezcla muy rara, e incluso aparecen en medio de ellos, grabaciones de un grupo Club de Tango, del cual no tengo noticia alguna.
Sin embargo, lo creí válido como curiosidad y los subí para que lo escuchen, analicen y saquen sus propias conclusiones.
No es una cosa de otro mundo, pero se resguarda en tangos clásicos por intérpretes clásicos y seguros de ser aceptados.
Fue editado por Send Music y fue grabado en Madrid. No tengo más datos.




















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Tango - Salgan - Rivero - Rivero - Salgan

10 de enero de 2010


Horacio Adolfo Salgán (Buenos Aires, Argentina; 15 de junio de 1916 - ) es un pianista, compositor y director de orquesta.
Es uno de los músicos de Tango más prestigiosos de la historia. Se desenvolvió como guitarrista, arreglista, director, pianista y compositor.
Su inagotable talento le permitió enunciar un lenguaje nuevo que rompió con lo establecido. Su innovación radica en el uso de ideas musicales, poéticas y vocales absolutamente nuevas, distinguiendo su obra por dicha iniciativa.
Salgan es autor de célebres temas como Grillito, A fuego lento y Del uno al cinco. Su aptitud le rindió fruto, ya que sus composiciones se estudian hoy en Europa y tienen muy buena aceptación en países de culturas tan diferentes como Japón y Finlandia. Desde la década de 1950, influenció a jóvenes músicos rioplatenses.
Para el año 1944 constituyó su primera orquesta y debutó en radio. Durante su carrera compartió escenarios con músicos de renombre como Aníbal Troilo, y cantantes de Tango como Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche.
El famoso director de orquesta Daniel Barenboim expresó su admiración por la música de Horacio Salgan. Recibió la distinción de Personalidad Emérita de la Cultura Argentina, en el año 1995.
Dos años más tarde, Salgan fue invitado a participar de una producción de cine por el director español Carlos Saura, interpretando -A fuego lento- en una escena de su película Tango, en 1997. Horacio Salgan escribió un libro llamado Curso de Tango.

Edmundo Rivero

Edmundo Rivero fue un cantante, guitarrista y compositor argentino de tangos. Nació el 8 de junio de 1911 en Valentín Alsina (Partido de Lanús, Buenos Aires, Argentina). Su bisabuelo materno, inglés, de nombre Líonel, había sido lanceado a mediados del siglo XIX por los indios pampas, le dejó la herencia del pelo rubio y el primer nombre (su nombre completo era Leonel Edmundo Rivero). Se formó en la música clásica, estudiando canto y guitarra en el Conservatorio Nacional del barrio de Belgrano.
En sus inicios formó dúo con su hermana Eva y debutó realizando algunos pequeños conciertos para Radio Cultura interpretando música española y temas clásicos. Su carrera como cantor de tango se inicia con José de Caro y en 1935 se une a la orquesta de Julio de Caro como vocalista. Luego haría parte de otras orquestas, como las Horacio Salgán y Aníbal Troilo, imponiendo su registro de barítono y su inconfundible estilo aporteñado.
Escribió su autobiografía en un libro titulado Una luz de almacén en el cual despliega una interesante defensa del lunfardo. Fue miembro de la Academia del Lunfardo. Falleció en la ciudad de Buenos Aires, a los 74 años, el 18 de enero de 1986.


01 – Recuerdo – Instrumental
02 – A una mujer
03 – Al mundo le falta un tornillo
04 – Canchero
05 – La uruguayita Lucía
06 – Siga el corso
07 – Ojos negros – Instrumental
08 – Acquaforte
09 – Alma de loca
10 – La luz de un fósforo
11 – Lo han visto con otra
12 - Trenzas



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Tango - Julio De Caro 1924 - 1932


Nombre completo: Julio De Caro, Músico, violinista, director y compositor. (11 de diciembre de 1899 - 11 de marzo de 1980)
Tras iniciarse, en la segunda década del siglo XX, junto a los grandes creadores de la época -Eduardo Arolas, Roberto Firpo y otros-, que habían transformado el tango primitivo, y recibir la influencia de los primeros grandes melodistas del género -como Juan Carlos Cobián y Enrique Delfino-, el violinista Julio De Caro fundó con su sexteto, a partir de 1924, un nuevo y trascendental estilo. Este gravitaría como ningún otro en la historia posterior del tango, ensanchando su horizonte espiritual. Tanto que la escuela decareana en el plano instrumental y la escuela gardeliana (por Carlos Gardel) en el vocal, sentadas como modelos de interpretación del tango para la misma época pero separadamente, constituyeron desde entonces la suprema guía en sus respectivos ámbitos.
En 1924 grabó sus primeros discos para el sello Víctor, registrando dos tangos suyos: "Todo corazón" y "Pobre Margot". A lo largo de 30 años grabó 420 obras, aunque algunos coleccionistas consignan haber hallado dos decenas más. El grueso de su discografía se concentra en el período 1924-1932, que se subdivide en dos grandes series: la del sello Víctor, hasta 1928, y la de Brunswick, desde 1929.

Orquesta Julio De Caro
En 1933, De Caro ingresó en una etapa de experimentación con masas orquestales ampliadas y nuevos timbres (vientos, percusión), que a la postre desdibujaron su mensaje (él mismo se había valido en los años '20 de un curioso violín-corneta). Luego, afortunadamente, regresó a sus propias fuentes, aunque pagando el precio de caer en cierto anacronismo. Guardián hasta su retiro de las más nobles esencias, quedó un tanto marginado de la evolución del tango, tanto por su estricto apego al decarismo histórico en lo instrumental como por su dificultosa asimilación del papel central del cantor en las orquestas desde 1940.
Es sintomático que en esa década de enorme auge del tango, De Caro estuviese cinco años sin grabar.
Entre 1949 y 1953 llevó al disco 38 temas para el sello Odeón. Esa serie constituye un valiosísimo testamento sonoro, en el que vuelve sobre grandes obras que ya había grabado con medios técnicos más precarios, e incluye algunas novedades. Notablemente, "Aníbal Troilo", conmovedor homenaje en tango al gran bandoneonista, director y compositor. Hay que decir que también escribió el tango "Osvaldo Pugliese", para quien fue su máximo epígono, pero no existen registros de él, como tampoco los hay de "Piazzolla", el otro gran revolucionario del tango, a quien un visionario De Caro rindió tributo (que Piazzolla retribuyó con su "Decarísimo").
De su extensísima obra de compositor pueden destacarse varios tangos fundamentales. Además de los mencionados "Boedo" y "Tierra querida", sobresalen "Colombina" (con Francisco De Caro), "Copacabana", "Chiclana", "El arranque", "El bajel" (con Francisco), "El monito", "Guardia vieja", "La rayuela", "Loca ilusión", "Mala junta" (con Laurenz), "Mala pinta" y "Mi queja" (ambos con Francisco), "Moulin rouge", "Orgullo criollo" (con Laurenz), "Tierra querida", "Tiny" (con Maffia) y "Todo corazón".
El 11 de diciembre fue declarado Día del Tango porque en esa fecha, aunque de diferentes años, nacieron Carlos Gardel y Julio De Caro.

Extracto del artículo publicado en:
http://www.todotango.com/spanish/creadores/jdecaro.html

01. Derecho Viejo
02. Mosca Brava
03. La plegaria
04. Guardia vieja
05. Recuerdo
06. Farolito de barrio
07. Quejas de bandoneón
08. Amurado
09. Tierra querida
10. Mala junta
11. Gallo ciego
12. Color de rosa
13. Maipo
14. Amarguras



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Tango - Troilo - Goyeneche - Goyeneche - Troilo

5 de enero de 2010

“La dupla del Polaco con el Gordo Troilo, hoy es solo un hecho inminentemente artístico, y por lo cual, es un movimiento más de la vida artística de la cultura del espectáculo. Pero, la dignidad, calidad, sobriedad y creatividad de ambos, con el correr del tiempo los convertirá en material de culto”, me decía entusiasmado Boris Padovan – un querido amigo y fanático del tango- en una de las largas y regadas mesas de La Tanguería de Venado Tuerto.
Y no crea que supongo que Boris era un elegido para desgranar la frase, si no, porque para un tipo joven que hacía un programa de tango, todo cuanto le arrimaran le venía bien y ayudaba a encontrar la ruta justa del gusto y paladar del tanguero del interior.
Por qué?
Porque quién gusta del tango en las provincias alejadas de Buenos Aires, tiene otro concepto y disfruta el tango desde otro ángulo sentimental, que el porteño.
Lo hacemos desde la calidad y calidez del cantor, desde la simpleza o genialidad del músico, que con una formación tan complicada, puede lograr hacernos bailar y escuchar con la misma pasión.
Después, mucho después de cierta edad, empezamos a comprender cuales son las partes más sentimentales y como están atadas a nuestras vidas. Pero aquí y en principio, pasa más por la calidad, que por todo lo que luego ocurre cuando se adentra en el tango, salvo aquellos seres excepcionales que lo captan inmediatamente por su especialísima forma de sentir el arte.
Sin embargo, hoy por hoy, la gente dice, repite y asegura aquello que Boris me dijera siendo yo, un pichón con ganas de crecer y volar.
Vaya entonces éste aporte, como un recuerdo sensible y lleno de agradecimiento al Negro Varela, Jorge Luis, al Gordo Di Martino, Boris Padovan, El Gordo Vigeriego, Mito Ganim, Al cordobés Fernández, Jovell Quinteros y tantos y tantos, que me enseñaron la mayoría de lo poco que aprendí en la vida.

Aleman56



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Tango - Cuarteto Colángelo - Trasnoche

21 de diciembre de 2009


Músico, pianista y compositor, nació el 22 de octubre de 1940. Nombre completo: José Leonardo Colángelo.
En 1955 actuó, debutando, con la orquesta dirigida por Alberto Dávila en un programa de Radio Argentina. Estuvo incorporado a formaciones juveniles e integro conjuntos en compañía de Mauricio Marcelli, Fernando Suárez Paz y Mauricio Svidosky. Con algunos de ellos se reencuentra en otra formación juvenil dirigida por Luis Salvadeo (Marcusito) (que era ahijado de Cátulo Castillo).
Ya en 1956 (en carnavales) integra el conjunto "Las nuevas estrellas del tango" y, además, acompaña al cantor Eduardo Solano en algunas reuniones bailables. En la misma época incursionó en milongas "bravas" como "El Dardo Rojo" en el barrio de Constitución, en el "Palacio Güemes", y otras de las mismas características, donde, como en los años '20, era casi un rito que todo terminara en tremendas bataholas.
En 1957 debuto en Radio Splendid con la orquesta de Ángel Genta, y en 1959 con la de Ángel Domínguez, con los cantores Osvaldo Ribó y Carlos Almagro también en radio Splendid. Asimismo realizó presentaciones el "Dragón Rojo" del barrio de Congreso y en el cabaret "El Avión de la Boca".
A fines de 1959 con el conjunto "Los Embajadores" actuó en Radio Belgrano. Los integrantes de ese conjunto eran, en su mayoría, de la orquesta de Horacio Salgán. También en ese año 1959 grabo un LP. con la orquesta de Juan de Dios Filiberto en la que se destacaba la cancionista Patrocinio Díaz.
Entre los años 1960 y 1962 integró las orquesta de Ángel Domínguez, Lorenzo Barbero, Emilio Orlando y también en radio El Mundo con Enrique Alessio, cantado José Berón (hermano de Raúl, Adolfo, Rosita y Elba).
Pero si bien su paso por esas agrupaciones le permitió ir depurando su técnica y estilo, la gran oportunidad de destacarse como un excelente ejecutante se la brindan Julio Sosa y Leopoldo Federico al incorporarlo como pianista -en 1962-, y completar con ellos un ciclo inolvidable hasta noviembre de 1964 en que se produce la trágica muerte de Julio Sosa.
Una vez repuesto del dolor, Leopoldo Federico reanuda sus actuaciones (con Colángelo en el piano) y los cantores Roberto Ayala y Carlos Gari. Colángelo actúa durante dos años con esa agrupación, aunque alternativamente acompaña a Ricardo Malerba en Radio Splendid y también forma un cuarteto ("Cuatro amigos para el tango") que se desempeña en radio El Mundo.
Es indudable, y el propio Colángelo así lo reconoce, que su paso por la orquesta de Federico fue definitorio para su afianzamiento como ejecutante que, seguramente también, fue influenciado por la gran calidad de sus compañeros: Antonio Príncipe, Osvaldo Montes, Juan José Mosalini, Román Arias, Mauricio Mise, Roberto Rota, Emilio González y Alberto del Mónaco. Casi todos ellos, principalmente Montes y Mosalini, embanderados en lo que se dio por llamar la vanguardia encabezada por Astor Piazzolla, y de la que Colángelo, si duda alguna, forma parte, al igual que Mederos, Binelli, Buono y otros.
Aun reconociendo -como lo hace el propio Colángelo-, la influencia de Orlando Goñi por ser quien mejor hizo el bordoneo de piano, y a Francisco de Caro por el cambio que significó, para su época, por la diferente utilización del instrumento en los conjuntos; quien escribe estas líneas piensa que son Osmar Maderna y Horacio Salgán quienes más aportaron a la definitiva consolidación de su estilo que -en mi concepto-, sintetiza el gran vuelo de las fantasías del Maderna de "Lluvia de Estrellas", "Concierto en la Luna" y "Escalas en Azul" con el swing del Salgán de "A fuego lento".
La consagración definitiva llega con su incorporación (en remplazo de Osvaldo Berlingieri) a la orquesta de Aníbal Troilo de quien fue su último pianista. Con una anécdota Colángelo recuerda su debut con Pichuco el 8 de noviembre de 1968 en el local de Diagonal Norte y Florida ("Relieve"):
«Cuando llegué con mi smoking en la mano, el gordo se adelanto, me dio un abrazo y un beso, me pidió una moneda, y me regaló un pañuelo de hilo suizo hecho a mano. Al finalizar la actuación alguien del público se me acercó muy cordialmente para saludarme pero también para señalarme que le gustaba más mi antecesor, cosa que le informé al maestro y me contestó: "Pibe, yo a usted le tengo mucha confianza y no me puede defraudar". Con el tiempo comprendí que esa actitud de Troilo era coherente con su proverbial paternalismo que ejercía con gran sabiduría.»
Tres días después se hizo un recital en el Teatro San Martín y esa fue la prueba de fuego para Colángelo. Tocaron doce temas instrumentales y Troilo le dio la oportunidad de que libremente hiciera los solos. Había aprobado el examen más difícil de su carrera.
En su permanencia en la orquesta del gordo Pichuco también integro el famoso cuarteto que se completaba con Ubaldo De Lío y Rafael del Bagno, (luego Aníbal Arias reemplaza a De Lío).
Colángelo sentía por Troilo la misma admiración y respeto que todos los músicos y cantantes que pasaron por su orquesta, y reconoce en Pichuco al fundador de una escuela de características muy peculiares y personales. Una escuela diferente, que le dio al tango valores de inmensa magnitud que aun hoy continúan la línea troileana (Garello, Baffa, Berlingieri y tantos otros).
Cuando el canal 7 de televisión hizo un homenaje al maestro recién desaparecido, Colángelo expresó públicamente: «Creo que se apagó un sol muy grande, ojalá nos haya dejado algunos rayos esparcidos entre los que fuimos sus amigos, compañeros y admiradores».
En 1971 forma su inolvidable cuarteto para grabaciones, acompañado por Néstor Marconi, Omar Murtagh y Aníbal Arias, grabando un larga duración.
Colángelo también integró el conjunto "Los solistas del Tango", dirigido por Reinaldo Nichele con la participación y arreglos de Eduardo Rovira.
A partir de 1967 acompañó, con distintas formaciones, a varios cantores y cantoras: Roberto Goyeneche, Alberto Marino, Mario Bustos, Roberto Florio, Héctor Maure, Raúl Berón, Néstor Fabián, Alba Solís, Elba Berón, Carmen Duval, Nelly Vázquez, Susana Rinaldi y otros.
En el año 1971 actuó con el cuarteto de Troilo en el Hunter Hall de Nueva York, y también en Washinton. En 1972 en el Teatro Colón con la orquesta de Pichuco y en 1973 en la película "Esta es mi Argentina" en la cual la orquesta interpreta "Quejas de bandoneón", bajo la dirección de Leo Fleider. En 1975 retorna al Colón, en un homenaje a Carlos Gardel con la orquesta de Héctor María Artola.
Su primera orquesta, formada en 1979 estuvo integrada por: Lisandro Adrover y Antonio Príncipe en bandoneones; Hugo Baralis, Alberto del Bagno y Mario Arce en violines y Héctor Console en contrabajo (en algunas ocasiones se incorporó Enrique Lannoo en cello); siendo sus cantores Guillermo Galvé y Ana Paula.
De sus composiciones los principales temas fueron: "¿Te das cuenta?", "Plazeando", "Todos los sueños", "Duende y misterio", "Fortín cero" (con Ernesto Baffa), "Un piano en la noche" (con Víctor Braña) y "Mamembá" (con García Dávila). Todos ellos temas instrumentales.
Sus composiciones cantables fueron: "Puerta de barrio" y "Mi tormenta", con Eugenio Palazzo; "Las del humilde querer" con Edgardo Ayala; "Tenía razón", con Braña y Roberto Casinelli; "Caras del pasado" y "Pa' que me voy a apurar" con Victor Lamanna; "Cristo", "Matraquín", "Aníbal Fuelle" (poema-tango ), "Milonga que canta el pueblo", "Luna morena", "Juana Barullo", "Las rondas de Enero", "De minuto a minuto" y "Aunque tu me lo niegues", todos con letras de José María Tasca. "Una cita en el 2000" balada compuesta con Ricardi, "Me lo diste todo enamorada", con Ferrari.
Los temas instrumentales fueron grabados, en su mayoría, por su cuarteto y "Fortín cero" por Ernesto Baffa y por Lorenzo Barbero.



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Folklore - Los Trovadores - Música en folklore

20 de diciembre de 2009

Para quien suscribe, uno de los LP de mejor concepción que hiciera el mejor conjunto vocal de nuestro país.
Más allá que con el correr de los años, fueron surgiendo otros grupos, Los Trovadores desde sus mismos inicios –modestos en calidad de arreglos- fueron inmediatamente aceptados por el público, porque más allá de la transformación de la entrega, SE ENTENDÍA LO QUE CANTABAN.
Fueron –creo lo son todavía- los más inteligentes para resolver un repertorio, que luego fueron puliendo con arreglos magníficos.
Seguramente otros fanáticos de Los Trova –hay millones, les aseguro- pondrán el grito en el cielo, porque puedo llegar a menoscabar o
tras formaciones, pero la etapa de la integración de Damián Sánchez, creo que fue lo que mejor le ocurrió al conjunto santafesino.
Lograron, en ese entonces, estabilidad en el repertorio, mejoraron con las musicalizaciones de Damián, logrando atrapar definitivamente a la juventud folklórica de aquellos tiempos.
Respetuosos al máximo de los arreglos y las presentaciones en público, tenían una rutina de la cual no se apartaban, hasta que no salía el nuevo material.
Desde afuera y pasado el tiempo, creo que la maduración se d
ebió a la confianza del grupo en su arreglador.
Súmele a eso, que los integrantes fueron magníficos e insuperables.
Su compromiso con el tiempo que corría, la firmeza y ternura de las voces, fueron el imán final para meterse definitivamente al público en el bolsillo.
Disfrútelos…Porque no es un LP común y corriente, es una maravillosa clase de canto.
Ah; y lamentablemente, no se volverán a repetir.

Alemán56

LOS TROVADORES - MUSICA EN FOLKLORE
Grabado en 1969, Sello CBS Columbia


INTEGRANTES:
Francisco Romero
Carlos José Pino
Héctor Anzorena
Damián José Sánchez
Francisco Figueroa


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Paraguay - HERMINIO GIMENEZ- Canta Ramón Cáceres-


Este LP, lo rescaté de la página:
http://www.discosdificilesdeconseguir.com
Lo busqué por mucho tiempo, incluso, lo pedí a amigos paraguayos, pero nada.
La suerte quiso que esta notable página, consiguiera algo que es casi imposible de conseguir en el interior del país, por lo menos.
Es un trabajo, de los tantos del genial director, que propone una idea concreta: Darle a la música paraguaya un color distinto a lo común. Volcar en la música popular, toda la artillería de una orquesta cuasi de cámara, no fue por snobismo, si no, porque el gran maestro interpreto el sentimiento natural de cada músico, conferir a una obra, la importancia que merece sin escatimar esfuerzos.
Con ello logró entregar al público, una musicalidad distinta, sin quitarle la fuerza y pureza de la original.
Del genial Herminio Gimenez podríamos hablar semanas y llenar páginas hasta el cansancio, sin embargo, es una de los tantos olvidados de la música latinoamericana. Tal vez, un poco por la forma de ser del mismo Herminio, pero más responsabilidad, creo, han tenido las empresas discográficas, que tuvieron el honor de tener dentro de sus contratados a un músico de esta categoría. Que brindó lo mejor para ellos, pero que no fue retribuido de la misma forma, en cuanto a promoción y difusión de su prolífica producción.
Veamos algo de su rica historia:
El maestro Herminio Giménez, nació en el pueblo de Caballero -Paraguay, el 20 de febrero de 1905 y falleció en Asunción, después de las 23:30 horas del día 5, pero siempre se ha dicho que fue el 6 de julio de 1991. El maestro Herminio Giménez, nació en el pueblo de Caballero -Paraguay, el 20 de febrero de 1905 y falleció en Corrientes, después de las 23:30 horas del día 5, pero siempre se ha dicho que fue el 6 de julio de 1991.
A la edad de 11 años ya integraba la Banda de música del Paraguari, y dos años más tarde fue contratado por la Banda de la Ciudad de Asunción. Allí, a temprana edad, comenzó su extraordinaria carrera con la aún exitosa polca Jasy Morotí, en 1918. La excelencia de sus creaciones hizo posible que el magnífico fulgor de su música fuera cobrando vuelo hasta convertirse en uno de los grandes compositores latinoamericanos.
Fue el primero en grabar en discos la música paraguaya, en Buenos Aires, 1927. Durante la guerra entre Paraguay y Bolivia, 1932-1934, se lo designó Director General de Música del ejército en campaña, siendo galardonado con una condecoración. Terminada la contienda guerrera, tuvo que soportar más de 40 años de exilio, sin perder su identidad cultural, y difundió por todo el mundo la música nativa.
Gracias a su extraordinaria memoria, pudimos hacer un listado de sus numerosas composiciones para un libro que preparaba el escritor paraguayo José Fernando Talavera, en 1987.
Parte de sus obra se abren en un arco iris que abarca Polcas y Galopas, Guaranias, Música para películas, Marchas, Canción de cuna, Valses, Chamamé y rasguido doble; “Añorando a Matto Grosso”, “Al Papa Wojtyla”, “Ruperto Bravo”, “Feliz Cuarto Centenario, Corrientes”, “Sapukái en las Malvinas”, “Puente General Belgrano”
Talentoso y genial creador musical, que ha dejado una obra incalculable valor, hecha con intenso trabajo y maestría, con gran sensibilidad y arte; con vehemente pasión y excelencia. Herminio Giménez, seguirá viviendo por siempre en su legado inmortal, la música.

Por Girala Yampey
http://www.corrienteschamame.com


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Tango - Enrique Capos – Estás en Buenos Aires


Nombre real: Enrique Inocencio Troncone
Nació el 10 de marzo de 1913, dejando de existir el 13 de marzo de 1970.
Uruguayo, su debut se produjo en el Cine Helvético de la pequeña localidad de Colonia Suiza, acompañado por los guitarristas Alfredo Solís y Carlos Méndez el 6 de enero de 1936. Actuaba con su verdadero nombre, Inocencio Troncone. Tres meses después, exactamente, se presenta en la recordada audición "Caramelos surtidos", ante los micrófonos de la emisora CX 18, con los guitarristas Fontela y Silva Aguilar, pasando inmediatamente al elenco de Eduardo Depauli. Allí, Agustín Pucciano y Depauli le crean el seudónimo de Eduardo Ruiz, que le acompañaría hasta 1943.
Su popularidad se acrecienta y sus éxitos se repiten. Interviene en la película nacional "Radio Candelario" junto a Eduardo Depauli, Miguel Ángel Manzi y el extraordinario dúo formado por Carmen y Magdalena Méndez, cuyo estreno se realiza en el cine "Radio City" el 21 de agosto de 1939.
En enero de 1940 emprende una gira por el sur del Brasil con las guitarras de Fontela, Pizzo y Falco reapareciendo en Montevideo por CX 46 Radio América unos meses más tarde.
Al año siguiente realiza una temporada como cantor de la orquesta bajo el nombre de Pintín Castellanos, encabezada por Alfredo Gobbi y Armando Blasco. Este conjunto, de gran calidad musical tuvo actuación destacada en el Palacio de la Cerveza de la calle Yatay, en el Cabaret Tabarís y Radio Monumental.
En su etapa siguiente forma parte del recordado conjunto Laurenz-Casella, realizando numerosos bailes y presentaciones radiales, además de hacerlo desde el famoso palco del Café Ateneo. Esta orquesta la formaban prestigiosos músicos. Alternaban Julio Tobías y Sebastián Garreta en el piano, el contrabajista Mainardi y entre bandoneones y violines los directores, Félix Láurenz y Pedro Casella, Donato Raciatti, López, Ramón Panedas, entre otros. Desde allí fue el "salto" a la conquista de Buenos Aires como cantor de orquesta. En principio, "Eduardo Ruiz" no sabía cual sería su destino. Creyó que sería el conjunto del gran violinista Antonio Rodio pero una rápida gestión de Ricardo Tanturi, que conocía sus condiciones, motivó su incorporación a la orquesta típica "Los Indios" dirigida por Tanturi. Era "la voz distinta" para reemplazar a Alberto Castillo. En principio el director lo convence para cambiar su nombre artístico diciéndole que estaban actuando Ricardo Ruiz y un cantante melódico Enrique Ruiz y que era conveniente evitar confusiones. Tanturi abrió al azar una guía telefónica y dijo: "acá está, usted se llamará Enrique Campos".
Enrique Campos debuta en Radio El Mundo como cantor de la orquesta Tanturi e inmediatamente comienza a grabar discos. Los dos primeros temas, registrados el 4 de agosto de 1943, fueron el tango de Luis Porcell y Leopoldo Díaz Vélez "Muchachos comienza la ronda" y el vals de Raúl Iglesias y Juan Gatti, "Al pasar".
En marzo de 1946 contrae enlace, fundando un hogar ejemplar. Al mes siguiente, luego de realizar un baile en el Club "Unión" de Caseros (barrio del gran Buenos Aires), canta por última vez con Tanturi, alejándose para realizar actuaciones como solista con acompañamiento de guitarras.
Francisco Rotundo lo contrata como cantor de su orquesta en marzo de 1947 donde comparte su labor con el cantor Mario Corrales, presentándose en Radio Splendid, teatro "Empire" y café "Nacional" de la calle Corrientes. Posteriormente forma una orquesta que encabeza junto al bandoneonista Alfredo Calabró. Realizaba sus presentaciones el periodista Raúl Hormaza. De la orquesta Campos-Calabró se comercializa un solo disco que sobre matrices argentinas es reproducido por "Sondor" en Montevideo y estaba formada por Sebastián Garreta, piano: Alfredo Calabró, Roberto Pansera, Caruso y López bandoneones, Raúl Domínguez, Lijó y Mosca violines y Samonta, contrabajista.
Finalizada la temporada, ya en 1950 encabeza otra orquesta en la que comparte su labor con su gran amigo Juan Carlos Miranda. Tuvo efímera duración, porque Enrique es requerido por Francisco Rotundo, ante el alejamiento de Carlitos Roldán. Tiene entonces por compañero en el canto a Floreal Ruiz. Debuta en el disco el 10 de agosto de 1951 con el tango de Juan Fulginiti "Llorando la carta" y en diciembre de ese año realiza en la orquesta de Rotundo a dúo con Floreal Fuiz su antológica interpretación del famoso vals de Charlo y José González Castillo "El viejo vals".
En octubre de 1952 se aleja y poco después es contratado para cantar en la orquesta de Roberto Caló que integraban figuras importantes como Osvaldo Tarantino en el piano, Leo Lípesker en violín y Ernesto Franco en bandoneón. Su labor se prolonga por dos años, hasta que, por tercera vez acude al llamado de Francisco Rotundo, accediendo a cantar en su orquesta que entonces arreglaba el primer bandoneón Luis Stazo. Había otro cantor en la orquesta: Ricardo Argentino, más tarde reemplazado por Alfredo Del Río.
En 1957 vuelve a formar orquesta, un quinteto dirigido por el pianista Dante De Simone y posteriormente forma rubro con la cancionista Elena Maida en un conjunto arreglado por Dante Smurra. Va espaciando sus actuaciones absorbido por sus actividades comerciales. En 1962 se presenta en un programa especial de Canal 4 en Montevideo, acompañado por el conjunto de Toto D'Amario y al regresar a Buenos Aires canta en la orquesta de Graciano Gómez presentándose ante micrófonos de "Splendid".
Lo encontramos en 1965 en Radio El Mundo acompañado por la orquesta de Dante Smurra y en 1969 comienza a grabar como solista en el sello "Magenta". Viaja a Montevideo cantando en TV en el programa de Miguel Angel Manzi el vals de Héctor Marcó "A mi padre" y el tango de José Canet "La abandoné y no sabía". Al regresar a Buenos Aires actúa en "El farolito" de Villa Crespo y es designado jurado para el Concurso de Tangos de La Falda (Córdoba).
Le pertenecen algunas obras. Los tangos "Esclavas y reinas" y "Dale Artime" con Jorge Moreira, el candombe "Dale negra", con el mismo letrista y el vals "Por qué no estás tú" con Julio Jorge Nelson. Con Jorge Moreira con quien tuvo una fraterna amistad musicó además "Aunque me llame papá", "Buenos Aires del 40", "Para el final", "Del potrero", "Pero quisiera encontrarte" y el vals "Te estoy agradecido". Finalmente con Juan Bautista Fulginiti "Conformate con ser buena".
Fuera del rigor cronológico, debemos señalar que el tango que le sirvió de presentación en Buenos Aires fue "Percal", acompañado en la oportunidad por el piano de Manuel Sucher.
Prematuramente, en Buenos Aires, ante la congoja general y de los que fuimos sus amigos, Enrique Campos nos dejó el 13 de marzo de 1970, aunque su recuerdo y su presencia nos acompañarán siempre.
Queda el testimonio de los discos para confirmar sus grandes condiciones y dejar en evidencia de que fue uno de los grandes cantores uruguayos del tango.

Fuente:
http://www.todotango.com/spanish/creadores/ecampos.html



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Tango - Pedro Laurenz - Quinteto

En 1969 lograron convencer a Pedro Laurenz para la formación de un quinteto y así grabar un disco con sus propios temas.
El repertorio armado - con los arreglos de Luis Pereyra- no se acercaron a la fuerza interpretativa de Laurenz, quedó documentada la sonoridad de su bandoneón que a los 69 años mantenía firme desde su creatividad como compositor y ejecutante, y en especial dejó su nuevo y magnífico tango "Esquinero", de ricos acordes y juegos de modulaciones y fuerza expresiva.
Aquel último círculo privilegiado de compartir una sesión con Laurenz, lo completaban:
Eduardo Walczak, (violín), Rubén Díaz (guitarra eléctrica), José Colángelo (piano) y Luis Pereyra (contrabajo).

Es cuestión de oído…

El texto precedente, proviene de Internet, lo cual no quiere decir que sea palabra santa, pero supuse que una opinión que terciara con mi gusto y su opinión, valdría la pena.
Seguramente, no es lo mismo escuchar a Morán con otra orquesta que no fuera la de Pugliese, a Dante sin De Angelis o Castillo sin Tanturi...
Pero, justamente el hecho de poder escuchar otra sonoridad, otros arreglos, otros artilugios de adaptación a las voces, hace que uno valore ciertas cosas que son importantes.
Y en el caso del quinteto de Laurenz, tengo solo estas grabaciones, me permitió con la nueva técnica de grabación, descubrir por ejemplo, la sonoridad clara y digitalización pura del bandoneonísta, hay que tener en cuanta que ya casi pisaba los 70.
Adquirí, por ejemplo, la posibilidad de ver como se adaptaba nuevamente a un cuadro de situación, que ya había vivido con otros interpretes (caso Quinteto Real) y ver hasta adonde llegaba su liderazgo dentro del movimiento de los instrumentistas.
Ojo que aquí hubo cuatro monstruos, no eran guitarreros de oreja de un boliche cualquiera. Eso hace que uno dimensione algunas cosas, que las viejas grabaciones no pueden lograr.
Vale decir, que es lógico que me gusta mucho más con su vieja orquesta o con el Quinteto Real, pero le sugiero no se pierda esta oportunidad de sopesar a un grande, utilizando las nuevas técnicas de grabación.
Le ruego escuche el cuasi solo fina, tema 10 (Esquinero), que a pesar de los años, se convierte en una joyita que muestra la calidad del intérprete.
Por eso digo: Es cuestión de oídos…
Así que, úselos.
Espero les guste y disfruten de este material.

Alemán 56















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La selección de Pedro Laurenz la publicó el sello Microfón en el año 69, el diskette se llama "Pedro Laurenz por Pedro Laurenz", te faltan 2 temas muy buenos, aquí te los mando.
FELICES FIESTAS !!

Miruslao Jodka

Milonga de mis amores
Amurado

Bajar los temas faltantes

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Tango - Alfredo De Angelis - Medallita de la Suerte

Nombre real: Alfredo de Angelis
Nació el 2 de noviembre de 1910, en Adrogué, Pcia. De Buenos Aires, Argentina y falleció el 31 de marzo de 1992.
Desde muy joven integró diversas orquestas, hasta que formó su propia orquesta en 1940, debutando el 20 de marzo de 1941. De Angelis se caracterizo por el estilo bailable que impuso, y fue uno de los protagonistas del resurgimiento del tango en la década del 40 y del 50. Entre los cantantes que se desempeñaron en su orquesta, se destacaron Floreal Ruíz, Carlos Dante, Julio Martel, Oscar Larroca, Juan Carlos Godoy, Roberto Florio, Roberto Mancini, Lalo Martel, entre otros.
El 1 de abril de 1946 la orquesta de Alfredo de Angelis dio inicio al Glostora Tango Club por Radio El Mundo, un programa musical de quince minutos, con público en vivo, que se volvió el más popular de la radiofonía argentina manteniéndose 22 años en el aire, y en la que De Angelis se convirtió en su número principal.
Fue artista del sello Odeón entre 1943 y 1977, estableciéndose como uno de los más prolíficos intérpretes de tango ligados a esa compañía, como también lo fueron Miguel Caló, Francisco Canaro y Osvaldo Pugliese.
En 1980 retornó a la actividad discográfica grabando en Microfon y luego en CBS, aunque en 1982 registró dos larga duración para el sello colombiano Fuentes, junto a sus ex cantores Juan Carlos Godoy y Roberto Mancini.
Fuente: http://es.wikipedia.org

Los Cantores

Carlos Dante
Nombre Real: Carlos Dante Testori
Nació el 12 de marzo de 1906 y Falleció el 28 de abril de 1985.
Carlos Dante, personalísimo cantor intimista de nuestro tango, dejó de existir el domingo 28 de abril de 1985, luego de una trayectoria plena de adeptos bien ganados y de ocupar un lugar inamovible entre los más destacados intérpretes de nuestra música de la ciudad.
Había nacido en la muy porteña barriada de Boedo. Se formó en un modesto hogar de gente honrada y trabajadora. Como tantos otros muchachitos de la época, esperaba ansioso el domingo para marcharse a patear una pelota de fútbol en los terrenos baldíos de Villa Dominico. Y los atardeceres de barrio, recostado en la vidriera del almacén de la esquina -como en los versos de Homero Manzi-, silbando y canturreando tangos.
Estudiaba y trabajaba de aprendiz en un taller, cuando un amigo de su padre, advirtiendo las condiciones vocales del muchachito, lo vinculó a un grupo de teatro profesional. Y de allí su gran oportunidad, para debutar profesionalmente como cantor de la orquesta de Francisco Pracánico, inaugurando el 16 de agosto de 1927 el cine Astral, de Corrientes angosta, actualmente teatro Astral.
Debutó Carlos Dante en la actividad discográfica como vocalista de la flamante primera orquesta de Juan D'Arienzo -que no había adoptado todavía la modalidad rítmica que lo condujo luego a la popularidad-, registrando una serie de versiones para el sello "Electra", cuyas placas sobrevivientes constituyen uno de los grandes atractivos de los coleccionistas de discos de la actualidad.

Y de allí a Europa. Viajó con Rafael Canaro a Francia. Cuatro años en París, Madrid, Lisboa, Roma, Atenas. Contaba Carlitos que al término de su actuación, una noche, en el "Garrón" de Montmartre, con la orquesta de Manuel Pizarro, se aproximó un distinguido caballero, expresándole en correcto castellano: «Lo escuché con mucha atención. Es usted un excelente cantor de tangos. No cambie nunca su manera de cantar. Al tango hay que decirlo, no gritarlo.»
Diez años en aquel inolvidable programa cotidiano Glostora Tango Club, transmitido por Radio El Mundo. Trece años con De Angelis. Los mejores de Dante. En 1957, la desvinculación del cantor, formando dúo con Oscar Larroca. Duró poco la nueva orientación artística. Tal vez cansado ya de tantos años cantando tangos como se deben cantar los tangos.

Oscar Larroca
Nombre Real: Oscar Antonio Moretta.
Nació el 5 de julio de 1922 y falleció el 26 de agosto de 1976.
nace en el barrio de Almagro quien sería el gran cantor Oscar Larroca, hijo de Nicolás Moretta y Elsa Bugarelli.
Su padre guitarrero y cantor gauchesco, destacado en las peñas de la época, despertaría la vocación en su hijo Oscar.
Desde pequeño la guitarra fue su compañera, sus padres lo inscriben en el Conservatorio Nacional de Música, egresando con el título de profesor de guitarra, ya adolescente también comienza el estudio de canto.
Sus primeras actuaciones como cantor las realiza acompañándose con su guitarra. Su buena voz y el gusto de cantar obligaban su participación en las fiestas de fin de curso escolares.
Como compositor produjo varios temas: "Juana milonga, señora", "No me dejes corazón" y el vals "Engañándonos", el que fue grabado por distintos cantantes melódicos latinoamericanos, siendo un gran éxito de Bienvenido Cárdenas.
En actividad y en la plenitud de sus condiciones vocales e interpretativas, con contratos a cumplir, muere en el invierno de 1976, a los 54 años de edad.
Su hijo Oscar continúa con la posta. También de oficio cantor, mantiene viva la pasión por el tango que le legara su padre y lo hace muy bien.



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Tango - Alberto Marino - Grandes éxitos

Vicente Alberto Marinaro ; una de las voces mas importantes de nuestro tango , nació en la ciudad de Verona – Italia el 16 de Abril de 1920.
Sus padres Angel Marinaro, su madre Ángela Musso eran cantantes líricos, y tuvieron seis hijos; Carmela, Dina , Flora, Vicente Alberto, Nina y Gino.
Su abuelo vino a Argentina como inmigrante antes del 1900 y se radicó en la provincia de Salta, dedicándose a la explotación de Minas de Carbón.

Con el tiempo mandó buscar a sus familiares y en 1926, sus padres obedeciendo el pedido de su abuelo, arribaron a Buenos Aires.
En 1928, Don Ángel y su familia al no aclimatarse en Salta, deciden instalarse en Buenos Aires.
Pasa su infancia en el Barrio porteño de las Cañitas y en 1938, se decide a estudiar canto, con el maestro Bonessi, quien para ese entonces era profesor de los mas grandes cantantes de tangos.
Al tiempo debuta en Radio La Nación (actual Radio Mitre), bajo el seudónimo de Alberto De Mari. Había un joven de su edad que tenía pretensiones de tener su orquesta propia, que tocaba el bandoneón, llamado Emilio Balcarce, y lo tentó para que cantara con el.
Si bien ese fue su comienzo, la patriada duró poco, dado que la orquesta se disolvió. Fortunato Martino un bandoneonísta que había dejado la orquesta de Francisco Lomuto, formó su orquesta y lo invitó al joven Alberto Marino para que se incorpore; al tiempo pasó a cantar con otro bandoneonísta, Luis Moresco.
El bandoneonísta, Emilio Orlando, dejó la orquesta de José De Caro en
1939 para formar la suya propia e incorpora como cantantes a dos jóvenes talentosos cantantes, dotados de un color de voz y un registro poco común.
Uno era Roberto Rufino y el otro Alberto Marino, el primero con 17 años; Marino con flamantes 19 años. Debutan en el Alvear Palace Hotel.
Eran tiempos del gran despegue que se produciría a partir de 1940. Rodolfo Biagi, que se había ido de la orquesta de Juan D'Arienzo en 1938 y había formado su orquesta , que además tenía un éxito rotundo para el año 1941, le echó el ojo al joven Marino, y no dudó en tentarlo y Alberto le pidió unos días para contestarle, pero íntimamente quería aceptar. Rodríguez Lesende, Andrés Falgas, Jorge Ortiz, habían pasado por esa orquesta, que no era poco, pero quiso el destino que su destino fuera otro.
Aníbal Troilo era para la década que comenzaba, director de una de las orquestas líderes entre los porteños.

Pichuco con su olfato tan particular sabía que un solo cantor no bastaba para dar respuesta a tanta demanda de parte del público, que ansiosamente estaban ávidos de escuchar las letras nuevas que los poetas escribían y que reflejaban esas historias de vida contadas en tres minutos.
Sabía de las mentas del pibe Marino, y no dudó en ofrecerle incorporarse como segundo cantor a su agrupación secundando a uno de los iconos más grande de la canción: Francisco Fiorentino.
El tano Marino, siempre fue reconocido en el ambiente como un hombre de bien. No olvidaba que hace muchos años cuando comenzó Emilio Balcarce lo había invitado a ser el, el cantor de su Orquesta.
Por lo tanto, y en conocimiento que pronto dejaría de acompañar a Alberto Castillo, le ofreció hacerse cargo del acompañamiento musical en esta su nueva etapa de solista. Balcarce aceptó gustoso, y comienza una etapa brillante actuando en radios y en el café Marzotto.
Comentan los que estuvieron en el debut de Marino, que era tanta l
a gente que acudió a la presentación de Alberto en el Marzotto, tuvieron que cortar la calle Corrientes entre Libertad y Cerrito.
Llovían las ofertas para actuar en todo lugar de Tangos, las compañías discográficas se lo disputaban y la Compañía Odeón que le hizo la mejor propuesta se quedó con la nueva estrella.
Graba para este sello en 1947, La Muchacha del Circo y Organito de la Tarde, temas que inmediatamente se agotaron dado el espectacular éxito de los mismos entre el publico que lo seguía. También graba "Canzoneta", "La casita de mis viejos" y "Venganza".
Cuando Emilio Balcarce le comenta a Marino que dejaba la dirección de la Orquesta para dedicarse a ser orquestador, Marino elige al maestro Héctor María Artola quien pasó a ser su nuevo director.
Los éxitos de la actuación de Marino eran moneda corriente, Ebro Bar, Ruca, Tango Bar. Las Confiterías Richmond, La Armonía, eran algunos de los lugares donde Marino trabajaba a sala llena. Recorrió todo el país, llevando a más público su hermosa voz. Comienza a viajar al extranjero, y la colonia latina de Nueva York conoce a Marino acompañado en ese momento por Osvaldo Tarantino.
A fines del año 1969 viajó a Japón, acompañando a una embajada de Tangueros donde entre otros estaba Héctor Varela. Alberto Marino, fue siempre un brillante profesional, responsable, estudioso, buen esposo y padre, asumiendo con mucha dignidad la pérdida prematura de su querida esposa Irma Argentina Galván, quedando el, al cuidado de sus dos hermosos hijos, Carlos Alberto y Claudia Analía, quien con el paso de los años, Claudia, siguió los pasos de su padre como interprete de tangos.
El 20 de Junio de 1989 a los 69 años, fallece uno de los mejores intérpretes que dio nuestra canción popular.
Texto extraído de Taringa NET, y aparentemente, escrito por su nieta.




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Tango - Héctor Mauré - Recordando a Héctor Mauré

Héctor Mauré: Cantor entre cantores.
Tenía una calidad inigualable para meter entre la pequeña historia que cantaba, al oyente.
No era exagerado con los gestos y su expresión más visible, era la de su rostro, que se transformaba con cada gesto que marcaba lo emocional de la letra que cantaba.
Ya les comenté qué pasó con la carrera de Mauré, por su cercanía con el Justicialismo y la grabación de la Marcha.
En esta oportunidad, quiero dedicarla a la constante del cantor, con un repertorio, mitad armado por la misma gente, y una segunda parte, que Mauré cantaba en vivo, pero cuando llegaba la hora de grabar, las imposiciones eran otras.
Lo persiguieron éxitos de la talla de Lilian, Caña, Mano cruel, etc.
Sin embargo, y esto corroborado con personas muy amigas del cantor, Mauré cantaba canciones criollas con mucho placer y calidad.
Le gustaba el acompañamiento de las guitarras, decía que
ese sonido, la presencia del instrumento y la igualdad en la posición del escenario de los ejecutantes, hacía que presintiera que se cubría todo el espacio. Era una idea clara de lo que conocía del dominio de la escena, cómo pensaba el acto de cantar, más allá de saber que con cuatro o cinco tangos clásicos, él se ganaba el público.
Eso, es responsabilidad profesional, calidad de artista y es haber sacado provecho a los años de tarea.
Mauré, hoy por hoy, sigue acallado, con disimulo, pero semi proscripto.
Pareciera que ni su muerte, la cantidad de grabaciones he
chas y una carrera intachable, no alcanzan para retomar al cantor, a partir de su tarea y no desde su ideología.
Estoy seguro que compartirán conmigo el cierre de esta charla –más sentimental que erudita- concluyendo que: podrán seguir semi proscribiéndolo en
los medios, pero, ni ayer, ni hoy y seguro tampoco mañana, podrán borrar de la memoria y el alma del público tanguero, el recuerdo de uno de los grandes cantores de tango y canciones criollas, como lo fuera y es: Héctor Mauré.
En el paquete que bajarán, encontrarán toda la información sobre este LP que les acercamos.
Disfrutenlo.

Aleman56


Recordando a Héctor Mauré

Lado A
01 - Tarde gris (Juan B. Guido - Luis Rubinstein)
02 - Paciencia (Francisco Gorrindo - Juan D´arienzo)
03 - Lilian (Luis Caruso - Héctor Varela)
04 - Puente Alsina (B. Tagle Lara)
05 - Volvió una noche (Carlos Gardel - Alfredo Le Pera)
06 - Mano Cruel (Carmelo Mutarelli - Armando J.M. Tagini)

Lado B
07 -Cafetín de Buenos Aires (Enrique Santos Discépolo - Mariano Mores)
08 - Quiero verte una vez más (José M. Contursi - Mario Canaro)
09 - Jamás lo vas a saber (Bernardo Manuel Sucher - Ariel Mariano Aznar)
10 - Sueño de juventud (vals) (Enrique Santos Discépolo)
11 - Caminito (Juan de Dios Filiberto - Gabino Coria Peñaloza)
12 - Caña (E. Mónaco - J. Araujo)

Dirección Orquestal:
1,3,6,8,10,12 : Jorge Dragone
4,7,11: Leopoldo Federico
2,5,9: Lito Escarso.

Ripeado de Vinilo:
Music Hall 90.903 (estéreo) (Serie Difusión Musical)



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